lunes, 9 de abril de 2012

Nueva York

Artículo de Gema Theus, Psicóloga y escritora.

Viajar es una de mis formas preferidas para aprender, no solo geografía e historia sino sobre todo tolerancia. El estar cerca de otras personas de cualquier raza o color cuyas costumbres, creencias y formas de vida son muy distintas a las propias te enseña a comprender y a ser tolerante, ya que en el fondo, son personas cuyas motivaciones y sentimientos básicos son muy similares a los tuyos.




En cada sitio al que voy, aprendo, e incluso cuando repito y vuelvo al cabo de unos años, como en este caso a Nueva York, descubro nuevas cosas que me sorprenden y me hacen pensar.

No voy a decir nada sobre lo que todo el mundo sabe acerca del encanto que tiene esta ciudad tan especial, ni de sus rascacielos, ni de su comida, ni de la zona cero…


Lo que me interesa subrayar son otras cosas:

El orgullo de ser americano que se lleva como un título y que hace que por todos sitios se vea la bandera americana ondeando aun siendo Estados Unidos  un conjunto de estados federales.

La amabilidad de la gente que vive en Nueva York, sean de allí o no, que cada vez tienen más claro que en su ciudad el turismo es una fuente de ingresos y riqueza muy importante y no dudan en pararse por la calle para preguntarte cómo te pueden ayudar si ven que estás buscando cualquier cosa en un plano.

El respeto al cliente en bares y restaurantes, derivado seguramente del sistema de propinas impuesto y de la catalogación existente en restaurantes, genera que la atención sea excelente en la gran mayoría de los casos, ya que en ello les va el sueldo, pero de verdad, a los profesionales que allí trabajan.

La determinación contra actos negativos de delincuentes, violentos e incívicos. La autoridad de la Policía en Nueva York no se discute, se respeta. La ciudadanía tiene claro que la Policía ayuda al ciudadano si éste cumple las normas, sino es castigado. Este respeto claro a la autoridad formal da lugar, por ejemplo, que ante la posibilidad de pagar quinientos dólares por dejar los excrementos del perro en la calle, no haya excrementos y los dueños lo recojan.

Sorprendentemente hay menos personas sin hogar de las esperadas, a nivel de calle, en una ciudad como esta y respecto a mi última visita.

El IVA, mucho más bajo que en España…sólo el 8%.

Aunque para mí Nueva York siempre será una ciudad mágica y que genera fascinación, Madrid es mi ciudad y no me conformo con que algunas de estos comportamientos no sean aún mejores que en Nueva York, porque podemos.

Podemos estar orgullosos de nuestro país y de ser españoles, que históricamente es un pueblo de conquistadores y de personajes de importancia tremenda para el desarrollo y el avance de España y del mundo. Nunca entenderé esa falta de orgullo, de reconocimiento a nuestros símbolos. Madrid es una ciudad mundialmente conocida, España, como país también y no sólo por el futbol.

Si en Nueva York el turismo es importante, en España esto no se cuestiona y en Madrid por supuesto tampoco. Ser amable con los que nos visitan no cuesta nada. Hace años se nos reconocía por nuestra amabilidad. Ahora cuestionamos todo tipo de turismo y solo queremos “turismo de calidad”. ¿Damos servicio de calidad?

En nuestros bares y restaurantes, ¿es nuestro personal siempre excelente? Nuestra comida es mundialmente conocida, nuestros precios no son tan elevados, pero y el personal… está cansado, ¿porqué a veces no te ven aunque incluso levantes la mano?

Respecto a las autoridades, es importante la libertad individual y la justicia, también que no haya abusos, pero por ambas partes. Si a la policía no se la respeta y deja actuar contra violentos, incívicos, delincuentes, nos convertimos en una ciudad sin orden, donde cada uno hace lo que quiere cuando quiere, eso es anarquía no democracia y vivimos en democracia.

Las personas sin hogar en Madrid y su crecimiento en número y presencia son mucho mayores, sin necesidad de recuento numérico. Se ve con solo pasear. La invisibilidad de estas personas es tanta o más como se criticaba antes, hace años, de Nueva York. Nuestra Gran Vía está llena de personas que tristemente parecen formar parte del mobiliario urbano.

En cuanto a nuestros impuestos…casi prefiero no hablar ¿qué se paga realmente con ellos?, ¿podemos pagar menos eliminando los “gastos de corrupción”?

Al viajar y aprender, es inevitable comparar y en algunas cosas sale ganando una ciudad y en otras otra.
Madrid puede estar orgullosa de sus calles, de sus aceras, de su mobiliario urbano, farolas, cableado, semáforos…
Madrid es una ciudad bonita, limpia y renovada. Cierto es que tenemos una gran deuda en esta ciudad pero se ve en sus infraestructuras donde se ha invertido: las calles tienen pasos por donde cruzar, las rayas de los calles están pintadas, la ciudad se ve cuidada en todos los sentidos. Nuestro Metro, realmente es el que todas las ciudades quisieran tener y su precio es sensiblemente más bajo que en Nueva York, bastante más.

Pero lo mejor que tiene Madrid es su gente.

No veo más que motivos para estar muy orgullosa de ser española y vivir en Madrid. Mucho se ha hablado del “sueño americano” donde se puede lograr casi todo, ahora se habla del “sueñecito americano” o las múltiples cabezadas que da el americano medio en el metro, autobús y ferry mientras llega o vuelve de su trabajo para lograr lo que busca.

Creo que puede existir igualmente el “sueño español”, miles de inmigrantes también vinieron aquí para lograrlo, algo tendremos como país y como ciudad.

Intentar que Madrid, que nuestra ciudad, sea cada vez más conocida, visitada, respetada y admirada depende de todos nosotros y tenemos muchos motivos para que así sea, igual o más que... Nueva York.

No hay comentarios:

Publicar un comentario